Enamorándome
del agua azotada
de tus ojos,
caminaba y sufría.
De los niños acurrucados
endurecidos,
oscuramente adultos,
corría mordiendo el llanto.
De las cárceles
sin lechos ardientes,
a espaldas largas
del verano.
¡Corría y corría!
Abrazando
mi pecho hermano
y tu pecho hermano,
a metros de la noche aterrada,
suelto mi vida
y camino enamorado.
|
|