Florencia Abbate

los transparentes

“...alguien, algo, contempla o mejor 
dicho, mira, o, mejor todavía, ve, a 
través del vidrio frío” 

Juan José Saer 

“Tan tocados todos
tan roídos
por el tiempo 
tan raídos 
esperan” 

Hu go Gola 

Baldío 



Un declinar 
como si 
los chi 
cos 
se desmembraran 


Algo 
resucita en calma 


viene 

salva 


¿globos, barcas...? 





Quién tuviera el tono mejor 
para decirlo 
tan frágil al alba 



(aquí siguen 
con 
las manos 
vacías 


esta es 
su casa 
tiritando...) 


Reflejos en el agua 


Filigrana de variaciones en vidrio 
que el misterio no deshila 


las plumitas para el frío o ese vago 
desconsuelo de inventarse 
sola entre las cosas últimas 


Todos los días iba al río atardecido 
de ceibos rojos 


“lúgubre y breve” 
oía a otro cantar 
su propia noche. 


Rueca


Abajo el grupo se deshace 
en risas 
repite el comentario 
confluye 
se aleja 


Atrás de ellos una nena pasea 
su triciclo, 
los vecinos ahogan ratones 
en un balde descubren 
la sensualidad 


Inclinada sobre el marco los mira 
anda buscando “algo 
real”, se acuerda 
de aquel escritor cuya esposa 
se arrojó por la ventana para que él 
conmovido ante el cuerpo pudiera 
recuperar su fuerza 
creadora 


Se observa... 


Se ve diezmado en el espejo su cabello, ¿y dónde 
va 
el cabello 
cuando muere?.


Atavismo


“Si te notas ajena 
si la lucha 
desnuda por garbanzos, 
mirá este libro” 


así la tía 
le escribió desde el asilo y adjuntaba 
un manuscrito sobre un barco que estuvo 
durante meses detenido entre el hielo 
y la gente que iba en él 
para no verse a los ojos envolvía 
su cabeza con telas 


Ella : temor, inconstancia 


Quisiera algo de fuerza pero sabe 
si su fe vuelve a ser desengañada 
se transforma en recelo 


Hojea la carta 
“las letras son un material esquivo 
crían misántropos” 


Como el remanente de un sueño, 
nuevo arrastrarse de las suelas de goma 
por largos pasillos 


esa bruma que coagula en el blanco 
cualquier perspectiva 


Unos pocos alcanzaron a bajar 
“cuando todo se perdía...” 


Rumor de pérdida 


Se arraigaba en una brisa como en un 
misterio 


Y no era él 
nomás andar descalzo esa mañana de invierno 
sobre pasto mojado 


Parecía señal de algo viejo 
Sonaba una flauta, el viento 
meciendo la rama 




Detrás de esta ciudad sólo hay ausencia 


El tiempo enflaquece entre higueras 
perplejo y vidrioso 


Es la estación de las fiebres 
Hoy 
Es la estación más fría. 


La red 


Como un ciempiés en la pupila 
late 
lo que no fue 


(una patita zigzagueando en el iris 
en el iris insomne el azul 
de la falta) 


Raspa la palabra 
teje 
con las pestañas una 
telaraña el ideal 


no hay 
ideal 
no encarna.


Eclipse 


Por la ventana miraba la basura 
del parque abandonado 


Haces, ruidos, unos roces 
de hojas 


Le habló sobre chicos que enfermos 
se inventaron un alma 




“Podría haber alguna cosa en nuestras venas” 
decía siempre




Es la hora de la siesta y la calle 
espera otra época 



Ni las gotas aligeran el sopor 
que cierne aquel secreto 
o broma del silencio.


Purgación


Se corta las pestañas con una tijera
acaba de pisar donde muchos tropezaron


enraizado a un lamento
balbuce


pidió: no le fue concedido




Cuando la noche otra vez blanda y suya


“se me va todo en remedios,
tirando”




Caen al suelo
las pestañas
como cuerpos
arrojados a la fosa.


Desvelo


Un suspiro entre sillas caídas


el tictac que sujeta
y confina


¿había sido
furiosa
la pureza?


Si otro vaso se quiebra


y el agua
no puede recogerse


de ceniza
un espejo
los refleja.


La despedida


Trizas de azul en las lágrimas


ella se hamaca, siempre
al borde


Caen las horas y el sol
como chatarra


sus palabras disuelven el sueño


y entre amantes exhaustos, una nena
le quita el abrigo y se aleja


abandonándola.


Sombra me guía


Al alba
no muy lejos
en camino


en la puerta de los párpados
como un boquete inmenso:


una respuesta
se resquebraja aunque la cuenta
es exacta


si escucho
su eco marca el paso, vengo
de lo que vi.


La espera


Retrocede
al encuentro de algo
“fatal como una flecha”


Sueño un carro con tiranos donde baila
una nena que jugando acaricia
la más profunda superficie
o
la verdad
provisional
de un deseo.


Primer albor


Se hilvanan los brillos del puente


“Ya llegamos...”


Atrás tanta cosa caduca
que el tiempo ojea apenas



El chico albino se acerca
me dice “Dejáme probar
si así se te pasa”


Apaga la linterna y damos gracias
a la intemperie.


Silfo 


Hay otra cosa triste


allá


está sonando algo



¿Si son luces?


no sé


quizá...





Se desbarranca


no trae alivio


no trae nada


o sí


algo trae






Pero duerme


lo que trae duerme...

de Los Transparentes. Libros del Rojas (2000), © Florencia Abbate

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