Eisejuaz según el diario Clarín

"Eisejuaz", una novela audaz y sorprendente de Sara Gallardo 

A 30 años de su primera edición, se vuelve a publicar una obra que despertó gran interés de los críticos · Mujica Lainez la calificó como de una "singularidad alucinante" .


Querida Sara: esta mañana terminé la lectura de tu novela Eisejuaz (...) y de inmediato sentí la necesidad urgente de enviarte unas líneas de felicitación muy entusiasta y muy sincera. ¡Qué libro extraño y bello has logrado! No imagino cómo se te ocurrió, ni cómo te atreviste a emprenderlo (...)".

La carta que le envió en 1971 Manuel Mujica Lainez a Sara Gallardo aparece en el prólogo que Elena Vinelli escribió para esta nueva edición de Eisejuaz. Dice, precisamente, Vinelli: "El íntimo grupo de escritores allegados a Sara Gallardo reconocieron siempre la excelencia de esta novela y muchos de ellos se lo hicieron saber, más allá de que ella no terminara de creerles."

Es posible que esta actitud incrédula de Sara Gallardo haya conspirado contra su propia obra, "casi desconocida por el gran público por el lugar marginal que ocupa en el canon literario actual (...)", dice Vinelli. Dos frases de Gallardo van en esta di rección: "Escribir es un oficio absurdo y heroico" o "un animal solitario termina devorándose a sí mismo".

A treinta años de su publicación, Eisejuaz se edita nuevamente e integra la serie Clásicos de la Biblioteca Argentina.

Nacida en 1931 y fallecida en 1988, la escritora —dueña de un extraño espíritu nómade que la llevó a vivir en distintas ciudades europeas— dejó tras de sí una gruesa estela literaria, compuesta por novelas, ensayos y relatos periodísticos.

Sara Gallardo creó en Eisejuaz, dice Vinelli, "una subjetividad masculina (un indio mataco) de la que decidir si es mística o psicótica (oye las voces del Señor y de sus mensajeros o terceriza sus múltiples voces subjetivas) implica más al lector que al personaje mismo y a la autora".

"Ojalá la gente comprenda lo valioso de tu texto. Ojalá —como me sucedió a mí— atraviese, deje atrás, la sorpresa, la desazón de las primeras páginas y, una vez adaptada a las exigencias de un relato que hubiese perdido notablemente si no hubiera sido redactado así, se interne en la singularidad alucinante del mundo que te adeudamos", insiste en su carta Mujica Lainez.

© Copyright 2001 Clarin. Nota del Martes 19 de junio de 2001.

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