Eisejuaz

Una recorrida de aproximación

por Prof. Graciela Sosa.


Según Ricardo Rey Beckford, Eisejuaz es un libro solitario dentro de la obra de Sara Gallardo, agregando que, fundamentalmente es una experiencia lingüística y por esta particularidad se separa del resto de la producción.

Esta obra aparece en 197l , dos años después de la publicación de la novela Los galgos, los galgos, la cual, según este mismo autor, representa la madurez narrativa de Sara Gallardo en la primera etapa de la producción de esta autora argentina. Corresponden también a este primer período: Enero (1.958) y Pantalones Azules (1.963). Posteriormente a Eisejuaz publicará El país del humo (1.977) , La rosa en el viento ( 1.979) y cuentos infantiles: Los dos amigos (1.974), Teo y la T.V. (1.974) , Las siete puertas (1.975) , ¡Adelante, la isla! (1.982).

Los nueve capítulos de Eisejuaz narran la vida de Lisandro Vega, un mataco del norte argentino, llamado por el Señor para cumplir una misión.

La experiencia religiosa de Esisejuaz está signada por los sueños y la palabra de los mensajeros, de los animales, de las plantas, de los astros, de Dios.

Todo ese transcurrir traducido en un peregrinar hacia la fundación de un nuevo orden configura un espacio narrativo en el que conviven las dudas, los miedos, la desesperación, los lugares, los tiempos, los personajes, en un sistema de fuerzas en donde lo divino se manifiesta en lo profano. Esto también distingue la novela Eisejuaz de otras que han tomado al indígena como centro de la problemática, puesto que esta obra no tiene como intención primera presentar mundos irreductibles, de terratenientes convencidos de su superioridad y de indios que conservan unidad de cultura por el mismo hecho de estar sometidos y enfrentados.

Si bien en esta novela el problema de la marginalidad social aparece, se puede afirmar que no lo hace como centro de significación de la trama, porque ésta adquiere una resignificación frente al problema de la experiencia religiosa que el protagonista vive.

Con respecto al problema de la religiosidad la novela presenta a través de sus personajes diferentes modos de concepción y de vivencia, poniendo el mayor énfasis en la resolución individual que Eisejuaz debe enfrentar a lo largo de su peregrinar hacia la integración y la fundación de un nuevo orden. Esa condición de elegido lo diferencia de los demás y hace que su relación con el mundo se resienta y se complique.

La acertada elección de los espacios presenta una naturaleza viva que comparte el proceso vivencial del personaje. Ninguno de los sitios está puesto al azar y los elementos de esta naturaleza agreste de nuestro norte argentino juegan un papel importante en el relato, puesto que representan el marco adecuado para la lucha interna que sobrelleva Lisandro Vega.

El relato está estructurado en capítulos donde el problema de la temporalidad se resuelve presentando los acontecimientos sin hacerlo cronológicamente, sino en forma acumulativa lo cual permite una participación más activa del lector que tiene que rearmar la historia a medida que se suceden los capítulos. Para producir ese efecto las secuencias serán concatenadas por yuxtaposición, porque, en realidad, no importa el tiempo cronológico, sino que adquiere mayor gravitación la incorporación al tiempo sagrado, intangible, universal, diferente.

El centro de sentido de esta novela está en la fundación de un hombre nuevo, de un orden nuevo a partir de una lucha intensa, individual, dolorosa, integrando a ese hombre mediante la palabra que conlleva en el nombre la esencia de las cosas a un universo sagrado, abarcante, continental. En consecuencia, la experiencia religiosa de este indio mataco tiene una doble intencionalidad. Por un lado, pretende plantear un acercamiento a este conflicto presentando un personaje con todas las características propias de su condición de indígena de la zona norte de nuestro país inmerso en una manera particular de ser y con todas las características de un ser carnal, imperfecto. Por otro, un distanciamiento, porque este personaje, al participar de esta experiencia particular de fe, transita entre dos mundos, uno profano y otro divino que se le revela. Plantea así la universalización del conflicto frente a la posibilidad de participar de una realidad más amplia en su espectro, en donde los límites son imprecisos, la cosmovisión varía, el orden universal se integra en diferentes facetas y la palabra aparece con un sentido integrador, adquiriendo un valor vinculante y sintetizador.

Un caminante de dos mundos
Mundo Profano - Mundo Sagrado

En reiteradas ocasiones anteriores de este acercamiento a la novela Eisejuaz de Sara Gallardo he considerado al protagonista peregrino de un viaje hacia la integración y fundación de un nuevo orden en los que los límites entre el "mundo profano y el mundo sagrado se desdibujan para dar paso a la revelación, la cual provoca la lucha individual del protagonista.

Para tener mayores precisiones acerca de esos mundos que coexisten en la novela, conviene delimitar el concepto con el cual se considerarán a lo largo del análisis. Para ello conviene citar a Mircea Eliade, quien puntualiza con respecto a lo sagrado: ..."el hombre entra en conocimiento de lo sagrado porque se manifiesta, porque se muestra como algo diferente por completo de lo profano".

En consecuencia, se puede afirmar que esta novela se organiza alrededor de una hierofanía, que Mircea Eliade define como: "algo sagrado que se nos muestra". ¿Qué es lo que se muestra en Eisejuaz? La presencia del Señor a través de los mensajeros y el espíritu inmortal llamado "Agua que Corre", ambos forman parate de la realidad sacra que se manifiesta en el mundo cotidiano del personaje. Ellos hacen que Lisandro Vega se transforme en alguien especial, puesto que él conseguirá participar de ambos mundos, y, al hacerlo, derriba límites entre ellos. También son importantes otras manifestaciones que se cristalizan a través viento, aire, fuego, etc. Cabe destacar que en estas revelaciones del mundo sagrado también aparecen elementos diabólicos, tales como el el Malo con quien entabla lucha cuando se encuentra en el bosque. Los elementos de la naturaleza contribuyen a esta revelación, puesto que a través de ellos cobran vida los mensajeros del Señor, transformándose en elementos mediadores.

Claramente se cumple lo que puntualiza Mircea Eliade: "Se trata siempre de algo completamente diferente, de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte integrante de nuestro mundo natural, profano. "Los objetos de Vicente Aparicio, Ayó los animales, el agua, el aire, el fuego se organizan de tal manera que aparecen mostrando una dualidad; existen en este mundo "natural", "profano", pero al mismo tiempo forman parte de ese universo sagrado que los usa como instrumentos para lograr su objetivo: manifestarse, revelarse. Debe dejar en claro que aquí en ningún momento se produce una adoración de los objetos, seres, etc., sino que son éstos vehículos necesarios para que pueda darse esa comunicación entre lo sagrado y lo profano. Todos estos elementos "participan del medio cósmico circundante".¿ Por qué Eisejuaz, y en menor medida Ayó, Vicente Aparicio, pueden percibir elementos revelados? La respuesta se encuentra si se observa que Eisejuaz ha tenido una experiencia religiosa valiosa, puesto que sólo él, al ser comprado, tienen acceso al conocimiento de una realidad sacra, lo cual lo aleja al mismo tiempo de la realidad profana traducida en la incomprensión que sufre a su alrededor . Otra razón importante es que Eisejuaz es el único al que le ha sido permitido conocer el espíritu inmortal que lo habita: Agua que Corre.


Siguiendo a Mircea Eliade:

"La oposición sacro-profano se traduce a menudo como una oposición entre real e irreal o pseudo-real".

Si la novela se lee desde una postura no religiosa se cometería el error de ver sólo en ella un juego de oposiciones y quedaría cercenada la posibilidad de descubrir aquello que es el leiv-motiv de la trama: que el hombre con una actitud religiosa válida es capaz de participar del mundo sacralizado. El camino realizado por Eisejuaz, Lisandro Vega, es un camino orientado en ese sentido porque cada acto que realiza en todo el acontecer narrativo tiene una clara intención de entrar en comunión con lo sagrado, a pesar de que en algunos momentos se sienta abandonado, desprotegido. Debe hacerse notar que al reconocerse como "comprado por el Señor" de alguna manera está reconocimiento que no ha tenido mucha posibilidad de ejercer el libre albedrío.

En síntesis, es el único capaz de entrar en lo sagrado porque él mismo lo comparte. Paralelamente, tanto el hombre genéricamente entendido como Eisejuaz esperan, esperan acceder a ese mundo sagrado, en el recorrido de un camino plagado de pruebas, frustraciones, de pocas alegrías, con actitudes discontinuas y variadas que van desde tener una gran fuerza interior a tener la más grande de las cobardías.

Eisejuaz logra vivir en un espacio sacralizado y, al mismo tiempo, la naturaleza le brinda los elementos para que eso se concrete. Con respecto a los espacios Mircea Eliade dice:

"Para el hombre religioso el espacio no es homogéneo, presenta roturas, escisiones: hay porciones de espacio cualitativamente diferentes de otras."

Es interesante recorrer los lugares mencionados en la novela, puesto que ellos corroboran la afirmación transcripta anteriormente, en ellos se producen las rupturas adquiriendo diferente valor en el desarrollo de la historia. Los ejemplos son los siguientes:

  • la casa donde protege al Paqui cuando lo encuentra,

  • el monte,

  • la cocina del hotel, porque allí en un remolino le habló el Señor,

  • el calabozo en donde se comunica con el Señor,

  • la parte trasera del galpón, donde se le aparece Agua que Corre,

  • los pozos cercanos al Pilcomayo, en uno de los cuales le habló el Señor,

  • lo que se ve, la casa que tiene un incienso en la puerta y que es la misma que apareció al principio del relato, solamente aquí es redenominada,

  • el claro del monte, en donde "no volvió a salir palo grande" y en donde tendrá los enfrentamientos con el Malo,

  • el "terreno de nadie" cercano al hotel-prostíbulo, al que Eisejuaz llama ¿Cómo es Esto?,

  • lo que Está y Es, lugar en el que yacen juntos los cuerpos de Eisejuaz y el Paqui, pero donde no quedará aprisionado Agua que Corre porque éste es inmortal.

 

Corresponde hacer dos observaciones significativas en este tema:

a) si se recorre la nomenclatura otorgada a estos lugares se puede observar que no es precisa ni puntual, por lo tanto, permite deducir que lo sagrado está en la imprecisión de una palabra que no alcanza para abarcarlo, pero que permite nombrarlo convirtiéndose en la mediación válida entre los dos mundos;

b) Mircea Eliade puntualiza "... la experiencia religiosa de la no-homogeneidad del espacio constituye una experiencia primordial,equiparable a una nueva fundación del mundo ..."

"Desde el momento en que lo sagrado se manifiesta en una hierofanía cualquiera no sólo se da una ruptura en la homogeneidad del espacio,sino una revelación de una verdad absoluta, que se opone a la no-realidad de la inmensa realidad circundante".

Teniendo en cuenta lo antes citado, se observa que en relato de la experiencia de Eisejuaz, junto a los espacios sagrados, existen otros que no lo son y que sirven para formar parte del conjunto de elementos naturales de este mundo profano. Aquellos que son sagrados indicarían una nueva fundación del mundo, que es lo que se logra en el sitio llamado Lo Que Está y Es. Es allí donde se instaura el nuevo orden, el cuerpo como parte de lo profano quedándose en la tierra, con lo bueno y lo malo; el espíritu libre, en cualquier lugar y, ambos, formando parte de un mismo ser que se universaliza porque participan de una realidad más amplia y más vital.

Lo conceptos de Mircea Eliade vuelven a clarificar al respecto: " ... para el hombre religioso esta ausencia de homogeneidad se traduce en la experiencia de una oposición entre el espacio sagrado, el único que es real, que existe realmente, y todo el resto, la extensión informe que le rodea".

( ... )

" ... la revelación de un espacio sagrado permite obtener un punto fijo, orientarse en la homogeneidad caótica, fundar el Mundo y vivir realmente.

La búsqueda de ese punto fijo se traduce en esta novela en la necesidad de encontrar los mensajeros del Señor para "asir" e incorporar a este mundo el elemento sagrado que se busca. Lo sagrado como existente y capaz de comunicarse mediante el lenguaje es lo que permite vivir realmente. Eisejuaz lo logra cuando se siente acompañado por los mensajeros del Señor.

El lugar sagrado que funciona como "punto fijo" está representado en el sitio denominado Lo Que Está y Es, es allí donde se funda el Mundo y se comienza a tener una existencia real, porque Eisejuaz ha cumplido: su cuerpo, en la tierra y el espíritu, liberado al universo. Así termina la novela:

" Y sepan que Agua Que Corre es inmortal y los seguirá siempre ..."

" ... Agua Que Corre se levantó y una alegría lo llenó, y lo pintó de un color que no puede decirse y estuvo libre, y ...

Y se fue. Eisejuaz, Este También, quedó para ser barro y pasto. Y cumplió".

El "sistema del mundo" funciona en este caso particular de la siguiente manera:

. el lugar sagrado por excelencia, Lo Que Está y Es, constituye una ruptura en la homogeneidad del mundo profano, guardando sí el final del ciclo y la apertura del nuevo orden;

. la ruptura marcada por ese sitio permite ver la "abertura" necesaria para que allí se comuniquen y se produzca el paso de un mundo a otro;

. la comunicación con el Cielo se da a través del nacimiento simbólico de un árbol, explícito en el texto:

" ... Como la semilla en su ceguera, sin conocer el árbol de mañana"

. Lo Que Está y Es se transforma en el "ombligo de la Tierra", porque se transforma en el eje cósmico del mundo sacralizado;

. las otras moradas que Eisejuaz construye en diferentes partes y circunstancias funcionan como una necesidad de acercamiento al "Centro del Mundo" y constituyen intentos de pequeñas fundaciones. Ellas son abandonadas, usurpadas o destruidas porque, en realidad, la única que importa es la última, esa fosa que construyen los otros para Eisejuaz y el Paqui, ésa que él organiza antes de morirse y nomima Lo Que Está y Es.

Otro elemento importante que debe incorporarse a este análisis de la novela es el problema de la temporalidad y su funcionamiento dentro del sistema en general. Los conceptos de Mircea Eliade sirven de apoyo invalorable para su tratamiento:

"Como es espacio, el Tiempo no es, para el hombre religioso, homogéneo ni continuo. Existen los intervalos de tiempo sagrado, el tiempo de las fiestas (en su mayoría fiestas periódicas) ; existe por otra parte, el Tiempo profano, la duración temporal ordinaria en que se inscriben los actos despojados de significación religiosa. Entre estas dos clases de Tiempo hay, bien entendido, una solución de continuidad: pero, por medio de ritos, el hombre religioso puede pasar sin peligro de la duración temporal ordinaria al Tiempo sagrado ..."

Así como el espacio resultó un concepto ineludible en este análisis, el tiempo reviste igual importancia. En primer lugar es necesario puntualizar que en esta novela existe un tiempo de narración que dura tres o cuatro años, y que discurre entre el primer encuentro con el Paqui hasta la muerte de ambos. La duración del relato no está debidamente cuantificada porque no menciona con precisión las fechas, los años que ésta dura. A partir del encuentro con el Paqui existen regresiones que cumplen con una doble intencionalidad:

a) hacer conocer la historia personal de Eisejuaz;

b) presentar los hechos de una manera no lineal, restándole valor a la duración temporal ordinaria.

El tiempo se encuentra presentado de una manera desarticulada, el lector debe hacer esfuerzos para rearmar la historia hasta que, en realidad como el personaje comprende que el tiempo carente de religiosidad es que el que menos importa. Las regresiones y los sucesos de la historia en sí alternan yuxtapuestos, organizado en un sistema hermético, en una red en la que conviven la duración temporal ordinaria con los datos escondidos, misteriosos y ambos se cuentan dando "saltos" obligando al lector a retener situaciones para rearmar constantemente la historia. Así formalizando el relato nos conduce a la reconstrucción de la historia de Eisejuaz desde su niñez a su muerte.

La alteración del orden lineal del tiempo lleva a considerar que, en realidad, el tiempo "real" no es el cronológico sino que el tiempo sagrado es el que verdaderamente existe. Eisejuaz narra su propia historia desde su condición de Muerto. Por ello, cabe suponer que Agua Que Corre es el que realmente existe por su condición de ser inmortal, participando de un tiempo sacralizado, continuo y heterogéneo.

En este caso en particular el tiempo sagrado no está representado por la fiesta (como lo manifiesta en la cita anterior Mircea Eliade) por esta razón básica: La experiencia religiosa narrada es una experiencia de tiempo personal y no trivial, por tanto, el tiempo sagrado está marcado por una serie de encuentros que el personaje vive:

  • un encuentro inicial con el Señor cuando éste se le manifiesta en el remolino de agua de la cocina del hotel, contado como una regresión histórica;

  • un encuentro con el Paqui, que le marca el inicio de la última etapa de su peregrinar, (Aquí comienza el relato);

  • un encuentro con Agua Que Corre, en el que éste se le manifiesta como el espíritu que lo acompañará;

  • un encuentro con el Malo, manifestado como fuerzas demoníacas a las que debe enfrentarse cuando se encuentra en el centro del monte;

  • encuentro final e integrador de Eisejuaz y el Paqui con la muerte que oficia de síntesis de la historia y de núcleo central del inicio del nuevo orden: frente a la muerte de ambos se produce la liberación de Agua Que Corre, espíritu inmortal en el espacio sagrado por excelencia: Lo Que Está y Es.

 

Dignos son de mencionar los sucesivos encuentros que Eisejuaz tiene con los mensajeros del Señor, que persisten durante todo el relato, que denotan progresivos acercamientos hacia el Señor y que permiten visualizar cómo los elementos de la naturaleza también comparten el protagonista el universo sacralizado.

Concluyendo y tomando como referente el mito de la creación que subyace en toda la novela, se puede afirmar que los hechos acaecidos en el lugar denominado Lo Que Está y Es marcan el fin de una etapa, pero, fundamentalmente, el comienzo de un nuevo Tiempo en el que se funda un nuevo orden con categorizaciones diferentes a las que concibe un hombre no religioso; es decir, implantando un nuevo modo de vivir.

Eisejuaz resulta, entonces, un caminante de dos mundos, porque comparte, por un lado, los aconteceres de un tiempo profano y, por otro, los hechos de un tiempo determinado por la irrupción de lo sagrado. Eisejuaz tiene el poder de la comunicación de la decodificación de un mensaje que es entendido únicamente por los elegidos, porque también posee el poder de la palabra que le sirve como nexo entre ambos mundos.

Una redimensión de la palabra como nexo vinculante

Para iniciar el tratamiento del tema es necesario remitirse a la expresión que abre el relato:

"Dije a aquel Paqui ... 

Como se puede observar el primer contacto que Eisejuaz tiene con aquel Paqui es a través de la palabra. Por la palabra descubrirá a ese hombre que encontró no está muerto.

Más adelante el lector asistirá al primer contacto que Eisejuaz intenta con el Señor y que también se produce a través de la palabra:

"Llegué a mi casa y dije al Señor ..."

Desde el comienzo de la novela la palabra comenzará a tomar relevancia. Tanto es así que a través de los hechos sucedidos, de los personajes presentados y de la formalización que adquiere el discurso, la palabra irá transformándose en un símbolo que une esos mundos por los cuales transita Eisejuaz.

Es necesario observar y analizar la utilización del lenguaje como sistema que organiza la historia narrada y produce un discurso con características que se mencionan a continuación.

Uno de los elementos más claramente detectable es la utilización del lenguaje coloquial, de un habla con características propias. El narrador que conduce la historia es un narrador protagonista representado por un indígena de origen mataco, oriundo de la zona norte de nuestro país y que se reconoce como Eisejuaz, Lisandro Vega. El léxico que utiliza es propio del lugar, por lo tanto, hay nombres de árboles, animales, etc. que proliferan en la zona. También es destacable observar el uso particular de giros gramaticales:

  • utilización redundante de adverbios al colocar una doble negación: "Nada nos pasó"

  • utilización del gerundio al que se le otorga categoría de núcleo oracional: "gritando".

  • "Tanta gente empujándose, alborotando cerca del hotel de la viuda flaca".

 

La producción de oraciones aparentemente agramaticales, tales como : "Con enfermos". "Levantando a sus hijos", no producen en el lector una impresión que las transformaría en aberrantes, sino que al colocarlas de esa manera lo atrapa, desplazando a un presente algo que ocurrió en el pasado, dándole el efecto semántico necesario que permite asimilar el momento en su real dimensión.

Otras particularidades observadas son:

  • la elisión de algunos verbos: "Yo adelante".

  • la incorporación de onomatopeyas: "yo lo miré. Hice uaj otra vez ..."

  • la utilización de polisíndeton: "... y cayó un gusano de mi nariz y empezó a caminar por el banco."

  • acumulación de adverbios: "No llores tan grandemente mucho,"

  •  el uso del pretérito perfecto por el pretérito indefinido:
    "He gritado: ..." por Grité
    "Me he ido." por Me fui.

El uso que se hace de los tiempos verbales merece mayor atención porque toda la narración está sustentada desde un pasado hacia un presente atemporal con diferencias en la incorporación de las variantes del pretérito. El presente conlleva una clara intención de mostrar que cuando Eisejuaz entra en contacto con los mensajeros transgrede el mundo profano y permite la inserción de lo sagrado en el discurso. Esto lleva a pensar que el fin último es destacar que lo que realmente existe es aquello sagrado que esporádicamente y caóticamente aparece:

"... No me habla, ahora. No me habla ni me mira. No me hable ni me manda mensajeros ..."

"En esa comisaría se oye también la voz que dice: Vayan al cine, compren zapatos. Dicen ahora: Eisejuaz,Eisejuaz, Lisandro Vega. Yo: ¿Qué , Señor? Nadie me contestó."

En los casos anteriormente presentados observamos hay una doble intencionalidad: entrar en contacto con lo sagrado y producir el efecto de una presencia permanente de ese mundo sacralizado. El futuro es utilizado cuando Eisejuaz retoma su camino y se dirige al Señor diciéndole: "cumpliré".

También se puede observar el uso de parífrasis para nominar lugares que exceden al mundo natural en que se desarrolla la historia. Haciendo un rastreo en el texto se pueden extraer los siguientes ejemplos:

"Desde entonces se llamó aquel sitio: ¿Cómo Es Esto?"

Esta expresión aparece en forma posterior a una especie de cuestionamiento que Eisejuaz le hace al Señor, después del encuentro que tiene con la joven que había curado, sobre su vida, sus sufrimientos, sus vergüenzas, sus deseos, etc.

"Esa casa y aquel lugar se llaman desde ese día: Lo Que Se Ve" Aquí aparece una nueva nominación para ese paraje miserable que se transforma en sitio sagrado porque hay una presencia extranatural que se manifiesta a través del viento que arranca y enrosca el incienso que había hecho y porque es evidente que aquello que no es del mundo natural no puede recibir un nombre puntual sino que sólo podrá ser expresado metafóricamente. El que tiene mayor carga semántica es el nombre del último lugar:

"Con la pala cúbrannos de tierra hasta arriba, y apreten bien la tierra saltando con sus pies. Este lugar y estas casas se llaman ahora Lo Que Está y Es."

Este último sitio indica la fundación del nuevo orden que aparece como cierre de la novela.

El texto es rico en utilización de recursos significativos para lograr una prosa distanciada, porque, en realidad, no interesa la reproducción costumbrista del habla norteña, sino que adquiere relevancia la carga semántica que las palabras tienen en ese contexto. Dado el juego que Sara Gallardo realiza con el lenguaje, permite trasladar esta experiencia individual, representada por Eisejuaz, a una experiencia humana, mostrando el destino del Hombre.

El artificio logrado desde el lenguaje permite organizar el discurso narrativo en un sistema de fuerzas en el que lo que muestra implica otras significaciones que corresponden a un mundo sacralizado.

Es interesante el juego de significaciones que aparecen en la aposiciones utilizadas con Eisejuaz se presenta diciendo:

"Yo soy Eisejuaz, Este también, el comprado por el Señor, el del camino largo."

Es él el que se reconoce así, porque en una primera separación que se debe hacer, es imprescindible marcar que para la gente del lugar se llame Lisandro Vega. Así lo reconocerán los demás, los que son sus más allegados, los que fueron sus patrones o religiosos que estuvieron participando de su vida desarrollada en este mundo natural. Lisandro Vega, ese nombre identificará al hombre que trabajó en el aserradero, en el hotel a aquel que fue capataz o encargado de la misión, a aquel peón del hotel o del prostíbulo.

"Yo soy Eisejuaz, Este También, el comprado por el Señor, el del camino largo"

Con el aporte de estas aposiciones se puede reconstruir la problemática que la novela plantea. "Yo soy Eisejuaz, Este También, ..." El primer término de la aposición permite deducir que por el uso del pronombre éste indicaría la existencia de otra persona que resulta su ser equivalente. Durante el transcurso de la historia la autora deja jugar al lector con una variedad de posibilidades, pero, que, en realidad, se resuelve en el desenlace de la novela. En la última secuencia Eisejuaz y el Paqui se mueren para cumplir con lo dispuesto por el Señor. Ambos son enterrados juntos y ésa es la clave para completar el significado de la primera aposición. Todo el tiempo estuvo diciendo subyacentemente es considerar que ese equivalente representa a todas las fuerzas instaladas en este mundo natural al que pertenece. No es fácil para Eisejuaz unirse con él. Durante todo el relato el mataco se debate en una serie de cuestionamientos, abandonos y reencuentros, hasta que se produce la muerte ambos en la que ya no podrán separarse porque el nuevo orden ha quedado establecido. Lo demuestra la siguiente expresión:

"- Cuando esté muerto pónganme en ese pozo, al lado de ese hombre, tápenme con como lo tapé ..."

La segunda aposición presenta matices interesantes:

"Yo soy Eisejuaz, Este También, el comprado por el Señor, ..."

En ese punto es importante puntualizar una diferencia con la aposición anterior ya que indica que su vida está sellada por un destino preestablecido por el Señor. La compara que éste hace de sus manos implica que Eisejuaz se transforma en un "apartado" porque ha sido elegido para cumplir con su mandato que el resto de los hombres vivirá a través de él. ¿Por qué las manos? Evidentemente es la parte del cuerpo que permite la transformación de los objetos, ya que reserva para su corazón el sitio donde los mensajeros "colgarán sus hamacas", expresión que explica la necesidad de que estos intermediarios del Señor se instalen en él para poder continuar con su mandato. El hecho de que el Señor haya comprado sus manos tiene varias consecuencias en su vida:

  • lo marca como diferente del resto,

  • lo obliga a una obediencia sin resistencia, aunque en determinados momentos se aparta de ella, pero siempre habrá una circunstancia que lo llevará a no apretarse de ese destino dispuesto fatalmente para él,

  • lo coloca en una posición privilegiada porque comparte el mundo sagrado que se manifiesta en todo el espacio narrativo de la novela.,

  • lo condena a la soledades y a la marginación por su condición de diferente, de transgresor de las normas sociales y morales de la sociedad en que se desenvuelve ya que abandona su liderazgo de sangre para cuidar del Paqui, se queda sin mujer (Quiyiye) a pesar de que tendrá relaciones con otras y comparte la vida con un extraño, por lo cual es reprobado por sus hermanos de sangre y sus conocidos que pertenecen a la raza blanca.

 

La tercera aposición aporta otro elemento que completa su significación dentro de la novela:

"Yo soy Eisejuaz, Este También, el comprado por el Señor, el del camino largo."

El símbolo del camino responde la postura religiosa en la que la vida es un transitar transformativo hacia lo transcendente. Esa peregrinación provoca diferentes actitudes y conductas en Eisejuaz que marcan tramos de marchas y contramarchas. El camino representa, en este caso, la posibilidad de transitar rumbos diferentes, de vivir una vida más completa que los demás hombres de ocupar un espacio de tiempo en el tiempo infinito por el cual su vida en este mundo profano se transforma en una etapa y es instrumento para incorporarse a este tiempo eterno que adquiere valor de realidad verdadera.

Agua Que Corre, el espíritu que lo acompaña, no aparece lexicado como aposición de Eisejuaz, porque al ser inmortal no resulta ser su equivalente sino que es la parte que realmente existe, por lo tanto, no puede aparecer como tal. Agua Que Corre es el espíritu en movimiento, es la parte de la realidad que, a pesar de ser intangible se presenta como la existente en todos, porque forma parte de mundo sagrado inserto en el mundo natural, profano.

 

 

Sintetizando

El uso, tanto del léxico como de las estructuras sintácticas, tienen como base sólida el habla; pero el trabajo lúdico que Sara Gallardo realiza con el lenguaje permite una redimensión de la palabra elevándola a la condición de nexo entre los mundos que forman parte del universo sacralizado que en esta novela se muestra. El lenguaje ha permitido a Eisejuaz conectarse comunicándose con lo sagrado y, a través de él, el lector accede a un complejo sistema de relaciones participando activamente en lo que se cuenta y en cuestiones fundamentales de la existencia. El poder nominador de la palabra es nexo vinculante de esa realidad ampliada que se muestra, en donde los límites se borran y el lenguaje de vigencia a todos los niveles de lo real.

 

Conclusiones

El recorrido realizado sobre la novela Eisejuaz de Sara Gallardo permite extraer las siguientes conclusiones:

. que no se trata de una novela realista por cuanto la obra excede a los esquemas transparentes del discurso realista,

. que se organiza en una lógica lineal desintegrada con fracturas cronológicas y espaciales, con un sistema organizado en un cosmos literario autosuficiente,

. que el personaje que da vida a la historia que cuenta lo hace desde una perspectiva de narrador protagonista con un proceso constante de interiorización y de integración al universo circundante,

. que los rasgos pertinentes a ese personaje lo transforman en una conciencia que se incorpora a una realidad más amplia en donde lo ambiguo, lo misterioso, lo sagrado, lo profano se combinan provocando un proceso de integración de sus niéveles para la fundación de un nuevo orden, 

. que las fronteras se transgreden al darse varias posibilidades de combinación, lo concreto convive con lo abstracto, lo animado se complementa con lo inanimado, la vida y la muerte existen y se enclavan para organizar una historia que permite vivir una experiencia religiosa directa,

. que las relaciones entre el narrador y el lector son complejas por cuanto provoca en el segundo una actitud ineludible: participar armando y rearmando las piezas que ese narrador ofrece,

. que el motivo utilizado para ser narrado corresponde a una mixtura de tradiciones hispánicas e indígenas, pero que, al mismo tiempo, se transforma en la resolución de cuestiones de la existencia comunes a la humanidad, no circunscripta a un medio determinado,

. Que, fundamentalmente, lo importante no es reflejar o caracterizar una determinada realidad, de una determinada zona de nuestro país, sino fundar una visión nueva, de un orden nuevo donde lo sagrado irrumpe y se instala en el mundo cotidiano;

. que la resolución de conflictos que presenta permite incorporar nuevos sistemas de valores reinterpretando desde una perspectiva más abierta la realidad circundante;

. que la organización técnica del corpus narrativo de esta novela permite que su autora se luzca logrando un manejo inteligente, sobrio e interesante;

. que el lenguaje se transforma en el nexo vinculante y sintetizador de diferentes partes de una misma realidad;

. que el arquetipo que dona su propia muerte asociada permite la liberación de esa parte sagrada de la realidad que se une al universo natural;

. que la novela Eisejuaz se incorpora a la temática de la literatura indígena americana sobre la base de una sólida tradición y con los mecanismos narrativos actuales que la ubican a la altura de las grandes obras que se inscriben en lo que se ha dado en llamar "Realismo Mágico Maravilloso".

 

 

ANEXO

a) CRONOLOGÍA DE LA AUTORA

1.931 - Nace en Buenos Aires

1.949 - Recorre varios países europeos

l.958 - Publica Enero, novela

1.960 - Viaja por América Latina

1.961 - Enero es traducida al checo y al alemán

1.963 - Publica Pantalones azules, novela

1.964 - Pantalones azules gana el 3er. Premio Municipal

1.965 - Viaja por Europa y Medio Oriente como corresponsal de la revista Atlántida.

1.968 - Publica Los galgos, los galgos, novela

Columnista del semanario Confirmado

Viaja por el norte de la Argentina

1.969 - Los galgos, los galgos obtiene el ler. premio municipal.

Un jurado compuesto por Leopoldo Marechal, Aldo Pellegrini y Juan Carlos Ghiano le otorga el Premio Ciudad de Necochea de la VI Fiesta Nacional de las Letras, por la misma novela.

1.971 - Publica Eisejuaz , novela Viaja por Cataluña y Provenza

1.974 - Publica Los dos amigos, y Teo y la T.V. , cuentos infantiles

1.975 - Publica Las siete puertas, cuento infantil

1.976 - Se instala en Cruz Grande, con sus hijos

1.977 - Publica El país del humo, cuentos

Vive en Cruz Chica y en La Cumbre, Córdoba

Colabora en un colegio creado por un grupo de amigos en La Cumbre, enseñando literatura

1.978 - Se instala en Barcelona con sus tres hijos y una galga.

Escribe notas para La Nación desde Europa

1.979 - Publica La rosa en el viento, novela

1.980 - Se instala en Rougemont, Suiza, con su hijo menor

1.982 - Publica ¡Adelante, la isla! , cuento infantil

Se radica en Roma con su hijo menor.

1.983 - Colabora en la creación de un colegio argentino en Roma

1.984 y 1.985 - Viaja por Europa y envía notas para La Nación

Fuente: Páginas de Sara Gallardo seleccionadas por la utora-

Est. preliminar de Ricardo Rey Beckford - De. Celtia -1987

b) JUICIO CRÍTICO SOBRE EISEJUAZ

La predilección de Dios

"Toda esta excepcional novela de Sara Gallardo resplandece por obra de un protagonista y un ambiente inusitados, quizá los más extraños y a la vez convincentes que haya utilizado un narrador argentino. Un puro poseído por su fe, esperando, sólo atento a los signos y a los imprevistos mensajeros de su Señor, sufre y goza en su círculo mágico. Dentro de los límites de ese círculo, la realidad es estática, seca, y solamente se anima cuando traduce un aspecto, un destello de lo invisible. Pero como esa realidad es obsesiva e hiriente - las tribus en extinción en el norte del país, conserva en todo momento su propio valor, sirve como marco sórdido a la irrupción de lo divino. Quizá por ello, sabiamente, la autora eligió para su personaje la identidad más difícil: en lugar de crearlo como símbolo, como representación , ha hecho de él un carnal, imperfecto, sólido ser humano sobre el que se ha abatido la predilección de Dios.

El aura que recorta a Eisejuaz, su desolado desasimiento, tiene su correspondencia en el lenguaje, magnífica unión del habla del Norte y ritmos del Nuevo Testamento, recreados con la precisión y dramaticidad que sólo un auténtico narrador puede lograr."

(Eisejuaz. Rodolfo Godino. La Nación. 19-12-71)

Fuente: Páginas de Sara de Gallardo seleccionadas por la autora-

Est. Preliminar de Ricardo Rey Backford - Ed. Celtia - 1.987

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Páginas de Sara Gallardo seleccionadas por la autora, Estudio preliminar de Ricardo Rey Backford, Ed. Celtia, Buenos Aires, 1.987.

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© 1998 Graciela Sosa. Fuente: Instituto Superior de Formación Docente Nº 127 San Nicolás, Provincia de Buenos Aires,

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