Entrevista a Pablo De Santis

"La marca de lo argentino es muy fuerte en los escritores argentinos"

Con aspecto tranquilo De Santis se encuentra sentado en una mesa circular, encima de ella unos papeles y una copa de la que el escritor da un sorbo antes de responder a las preguntas. Con un marcado acento porteño, contesta a las preguntas pausadamente no sin antes meditar una una las palabras.

por Jordi Borràs.


Siendo en todas sus obras recurrente el tema de la escritura, De Santis consigue darle un clímax de misterio y crear una atmósfera gótica y asfixiante. Con "El calígrafo de Voltaire" De Santis se afianza en el mercado español, no en vano este es su tercer libro y al igual que los dos anteriores ha gozado de una excelente crítica.

- Este es su tercer libro en tres años, a un ritmo de un libro por año, ¿Está contento con esta producción y de como están funcionando los libros?
- Sí, estoy muy contento de haber editado este libro, además se ha hecho una edición tan bonita...

- ¿Cómo definiría este libro?
- Es una especie de novela. No hay un enigma claro como en los otros libros. Es una especie de sucesión de enigmas que así como en otra novela trataban de construir un espacio gótico en Argentina o Buenos Aires, acá lo gótico está en la época. Y traté de darle a ese tiempo una especie de característica de encierro y de espacio asfixiante.

- En los otros libros anteriores, y en este también, el tema recurrente es la escritura, la lengua... ¿Eso es por alguna razón especial?
- Me interesan las fantasías acerca de los escritores, acerca del mundo de los libros, es un poco como combatir en argumento hacia el tema de las cosas que para uno son una pasión. En realidad no hay nada más aburrido, más anodino que alguien escribiendo. Las películas sobre pintores nos presentan a los pintores pintando; sobre los músicos, tocando; pero si uno quiere hacer una película sobre un escritor, lo único que hay cinematográfico es el momento en que no puede escribir, es el momento en que rompe los papeles, porque alguien escribiendo parecería que es muy poco expresivo. Siempre me pareció atractivo ese mundo y traté de buscar el lado criminal de una vida tan pacífica como es la escritura.

- ¿Es a la vez un intento de invitar a leer o incluso de animar a la gente que quiere escribir a que lo haga?
- Creo que uno escribe tan bien como para siempre invitar a leer. A leer también de alguna manera otros libros. De alguna manera en cada libro hay una especie de visión de la literatura, en mi caso orientado claramente hacia el lado un poco más raro de la literatura de género, las novelas policiales raras, un poco diferentes, la novela de terror, la novela gótica. En ese sentido considero que todo libro funciona como una invitación a leer.

- ¿Cómo ha evolucionado su obra desde los inicios hasta la actual?
- Yo siento que aprendí a escribir al escribir novelas juveniles. Creo que eso me enseñó a ser más directo y a ser más sincero sobre todo, a no dejarme marcar por las modas ni por otras complicaciones innecesarias que tenían los libros. Creo que me hicieron adquirir una escritura mucho más despojada.

- Este libro a la vez es un poco de terror pero intenta mezclarlo con otros temas. ¿Por qué crear este ambiente?
- Bueno, la literatura de género siempre me resultó muy atractiva y dentro de la novela contemporánea yo la percibo como una novela sin formas. La novela en si misma siempre es el género que busca como su propia forma, mientras que el cuento es el género que tiene una forma dada o la poesía es más estructurada, la novela es un género que está siempre buscando su forma y muchas veces pierde todo sentido de la forma. Y yo creo que la novela policial siempre es como la nostalgia por una forma clásica. Por otro lado siempre me interesó el efecto del terror, la relación entre miedo y literatura, por otro lado la posibilidad de la literatura de imaginar cosas que no existen. Ese fenómeno de la fe, de que uno crea en cosas que no existen, eso siempre me resultó muy intrigante, porque uno lee una historia sobre fantasmas sabiendo que los fantasmas no existen.

- ¿Qué obras y un poco qué autores le inspiran?
- Bueno, muchos escritores argentinos, se hace difícil saber cuales le marcó a uno más que otros. Sin duda además de los clásicos de Borges, Bioy, Silvina Ocampo. Pero también es la presencia y las opiniones críticas de Ricardo Piglia, escritor argentino que ahora se está descubriendo en España.

- ¿Y que diferencia hay entre el mercado argentino y el español?
- El mercado argentino tiene la misma cantidad de novedades. Sobreviven unas pocas editoriales nacionales. Muy poquitas y pequeñas, están los grandes grupos que tiene la misma cantidad de novedades, pero con capacidad de consumo muchísimo menor. Entonces el efecto del abarrotamiento en las librerías es mucho más complejo de resolver que aquí. Con lo de la crisis en Argentina está muy deprimido el mercado.

- En cuanto a la cualidad de lectura, los gustos... ¿Existe diferencia?
- Bueno, eso es difícil de decir porque ciertos escritores de cultura más elevada tienen su público y pues como pasa en todos lados lo que determina el éxito gigantesco de un libro no es el público lector, es aquel que compra un libro cada tanto y hace que ese libro sea un éxito, como pasa generalmente en todos los países. No, en otras cosas funciona de una manera más o menos similar. Sí, sí no hay diferencia.

- ¿Le ha marcado mucho en su obra el estar en Argentina o el estar aquí?
- El estar ahí sin duda. Además la literatura argentina es muy importante, es muy fuerte la marca de lo argentino en los escritores argentinos, y es una literatura que con respecto a la situación del país es marginal, pero con respecto a la literatura en si misma es en cierto modo central.

- Cuando usted no está escribiendo o leyendo, ¿Qué es lo que le gusta hacer?
- No, leo normalmente cuando voy en el metro, me dedico de alguna manera a leer, escribir y estar con mis hijos....

18 de octubre de 2001. © Copyright Tiscali.

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